lunes, 3 de diciembre de 2012

En busca de la felicidad

Se tienen momentos en la vida en la que se siente uno desdichado, y otros momentos en los que se siente plenamente afortunado.
Todo el mundo lo que tiene como fin último es alcanzar la felicidad, nos ponemos metas, objetivos que pensamos que cuando los alcancemos estaremos más cerca de esa felicidad, pero el ser humano es ambicioso por naturaleza, y la felicidad plena tan sólo la alcanzaremos asi en nuestro lecho de muerte cuando pensemos "que feliz he sido". 
Pues bien, esto no es asi, cada persona decide si es desdichado, o no, cada uno decide si es feliz, tan sólo hay que quererlo.
Nuestros sentimientos no están condicionados al mero azar de las circunstancias que nos rodean, es inevitable que nos afecten, porque no somos de piedra, pero dependiendo del punto de vista en que se mire, sera bueno, malo o no tan malo... así si lo miramos desde el lado bueno de las cosas estaremos logrando que nuestra vida sea feliz a cada instante, y no cuando esto pase, cuando consiga mi objetivo o cuando llegue el día que tanto he esperado, sino que soy feliz aquí y ahora, porque todo lo que me rodea es maravilloso.
Siempre se ha dicho que hay que darle a cada cosa la importancia que se le merece, pero Qué importancia es la que se merece? Tan sencillo como la que nosotros le queramos dar, así podemos dar mucha importancia a aquellas cosas que nos hacen felices por pequeñas que sean, como alguien que te ayuda a recoger esos papeles que se te han caído, y no le damos apenas importancia a aquellas cosas que nos frustran, como un trabajo rechazado.
Al final esta escala de valores en nuestras vidas la ponemos nosotros mismos, y no la sociedad que nos rodea, ya que la idea de ser feliz parte de nosotros, la idea de lograrlo también, y para ello tan sólo hay que quererlo, porque nada vale más que nuestra propia felicidad.

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